21 de junio
de 2022
Antes de concluir mi día, quiero dejarlos con estos pensamientos que recorren mi mente mientras observo el FB y las cosas que varios de ustedes comparten:
Es increíble que en el 2022 la gente emita tanto juicio contra su prójimo. Con tanta educación y recursos disponibles, todavía hay gente que condena al prójimo para sentirse mejor con ellos mismos. Y es que en realidad lo hacen porque no consideran a los otros su prójimo. Quizás no se han dado cuenta, pero cada vez que comparten o escriben algo intolerante, están deshumanizando a los que son diferentes a ustedes. Yo todavía tengo tiempo para tener hijos si Dios así lo dispone, pero a sabiendas de que los traería a un mundo lleno de personas sin misericordia, no sé si me quedan ganas de traer niños a sufrir a manos de muchos de ustedes. Aunque hace mucho superé los maltratos de muchos por mi pelo, mi estatura, mi desempeño escolar, mi pobreza y demás, no tengo el corazón para exponer a unas criaturas mías a tanto juicio. Uno nunca sabe cómo van a salir sus hijos.
Enmascarar la intolerancia detrás de la religión es un error craso, porque así ignorantemente están diciendo que sus creencias les dan licencia para menospreciar a los que son diferentes. Lo he vivido: dos iglesias me rechazaron por ser diferente, porque no permitieron que Dios me usara en las maneras misteriosas en las que usualmente lo hace. Así está la gente, que hasta le dice a Dios cómo debe manifestarse. Yo no soy miembro de la comunidad LGBTQIA+ (a los que me referiré como los disidentes), y aun así me faltaron el respeto, me dejaron herida, hasta se burlaron de mí. Créanme cuando les digo que los disidentes no tienen por qué ir a buscar de Dios en manos de gente que los detesta. El pensar que muchos de ustedes preferirían que los disidentes se suicidaran antes de vivir sus realidades es aterrador. Si ustedes vieran el miedo que dan mirándolos desde acá...
A muchos se les hace conveniente olvidar el escrito de 1 Juan 4:20: "Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto". Yo no tendré hijos, pero como educadora he visto los efectos de la crianza dictatorial de muchos de ustedes, hijos preguntándome cosas que debieron haber conversado con sus padres pero que, por temor o resentimiento, terminan buscando acogerse al seno ajeno. Esta noche me duele el corazón sabiendo cómo muchos por aquí prefieren echar a la basura su humanidad y volverse piedra antes de extender la compasión divina. Hay mucho corazón roto y ustedes pensando que ellos se lo merecen por tener preferencias diferentes. Hay mucha soledad y ustedes hablan del infierno que les espera. A ustedes les gusta llamarlos perdidos, pero examínense a ver cuándo fue que ustedes perdieron la capacidad de replicar la misericordia celestial... Muy fácil el juicio, el azote, el castigo, el desprecio. Pero amor ágape, de eso lo que hay es falta de deseo.
Me voy, que descansen y ojalá que las misericordias de Dios se renueven a diario con ustedes, ya que a muchos aún no les interesa tomar esa clase.